Sagrado Corazón de Jesús La Rioja

BREVE HISTORIA DE LOS COMIENZOS DE LA INSTITUCIÓN



Del libro de la HISTORIA DE LA CASA

Proyecto de Fundación: El 19/03/1884 ingresó al Instituto, en la Casa Madre, la señorita Cleofé Arias de 18 años, hija única de una honorable familia riojana. Su nombre como religiosa fue Francisca de María. Después de haber escuchado a un sacerdote jesuita sobre necesidades en remotos lugares, le despertó la idea de una fundación en la Armenia. Al hacerle notar los inconvenientes a los que se enfrentarían, propuso hacer la fundación en su ciudad natal de La Rioja. Cuando el Padre David Luque y Madre Catalina le preguntaron cuánto dinero tenía para tal fin, dijo no saberlo pero que le habían dicho que era millonaria y, que si no era posible fundar un colegio siquiera sea una casa para las Hermanas enfermas, ya que el clima de La Rioja era beneficioso.

Al pasar el tiempo, era 1890, y al ver que el proyecto no se concretaba, las señoras: Cenobia Llanos de Tello (madre de Cleofé) y Balvina de Sosa con su hijo Polonio Sosa (también parientes), viajaron a Córdoba y se pusieron al frente del mismo. Después de entrevistarlos el Padre David Luque autoriza a Polonio Sosa a hacerse cargo del Proyecto y envió una carta al Sr. Vicario Foráneo Eleuterio Mercado para informarle. El 12 de marzo de 1891 parten de Córdoba las 16 hermanas acompañadas por el Vicario Eleuterio Mercado y la Sra. Cenobia. Viajaron (varios días) en tren hasta la estación de Patquía, a las 2 a.m. siguieron en carruajes hasta la ciudad de La Rioja. Una legua antes de llegar, los viajeros fueron recibidos por una comitiva de señoras y señoritas de la Sociedad de las Vicentinas. A las 21 h llegaron a la ciudad, gran parte del pueblo las esperaba con inmensa alegría, en la Iglesia Matriz. El 31 de marzo las hermanas se instalan en la casa que se había alquilado para ellas. Inmediatamente se abocan a la organización de la obra, fundando así el colegio el 1 de abril de 1891.

El 4/04/1891 comienzan las clases con 12 internas, 14 medio pupilas y 104 externas gratuitas. El domingo 5 se convocó, por primera vez a la Doctrina Cristiana. Llegaron entre 400 y 500 personas de todas las clases y edades. Desde un primer momento se organizaron los Ejercicios Espirituales Ignacianos

Por la preocupación y apoyo que brindó a la comunidad religiosa, las Hermanas otorgaron la Carta de Hermandad al Dr. Abel Bazán y Bustos. Muchos han sido los bienhechores: padres dominicos, franciscanos, mercedarios, Hermanas Josefinas, entre otros. En 1820 se inauguró el pensionado normal para las hijas de familias del interior. Años más tarde, el Director de la escuela Normal, hace propaganda del Colegio, diciendo que las mejores alumnas que ingresan son las que vienen del Colegio de las Hermanas, porque han aprendido a estudiar y pensar. La noticia de que la señorita Clodulfa Ozan, Inspectora, trabaja junto a las Hermanas y que es una convencida de la solidez de la enseñanza, desvaneció la idea de los que pensaban que solo se enseñaba a rezar.

Cabe destacar que en aquellos tiempos, en el día de San Nicolás, el Colegio ofrecía un lugar de descanso y refrigerio a los Alférez y Allis que venían desde lejos. Los primeros años resultaron muy difíciles debido a la escasez de recursos, epidemias y hasta el terremoto de 1894. A pesar de las dificultades siempre cumplieron humildemente con su espíritu misionero y acción evangelizadora; el pueblo reconocía y valoraba mucho la gran cultura y virtudes morales de las Hermanas.

Se cuenta en el libro “ITINERARIO DE LA PINTURA RIOJANA” (cuyo autor es J. A. García Martínez, del año 1969) que: “El primer pintor reconocido como tal en La Rioja es Octavio de la Colina. Es el padre y el pionero de la plástica local y, el primero que trabaja en forma sistemática en la pintura. Apareció hacia 1910 y, su primera muestra pública data de 1916, puede considerarse como la fecha inicial del arte riojano. Sin embargo en los primeros años del siglo, la escuela de las Hermanas del Sagrado Corazón fue un centro de cultura plástica que tuvo singular influencia en la sociedad provinciana. Allí se enseñaba dibujo, pintura, grabado y artes decorativas en general hasta alrededor de 1930.”